Mohamed Salah es una de las figuras grandes del fútbol, de esas de las que sabes poco acerca de su vida en familia.
Salah ha preferido mantener lejos del foco mediático su rutina fuera de lo deportivo, así como las obras que realiza para apoyar a su prójimo.
Lo poco que se sabe de la pareja es que se conocieron en la escuela cuando los dos vivían en Basioun, en Egipto. Fueron novios toda su adolescencia y luego se casaron en el 2013.
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Ambos viven en Liverpool junto a su hija Makka, llamada así en honor a La Meca y que nació en Londres mientras el jugador defendía los colores del Chelsea. Y es que ambos viven con devoción su fe por el Islam, como demuestra que Magi siempre ha aparecido en público acompañada de su hiyab.
Las normas para ellas son uno de los temas que trató recientemente el extremo del Liverpool: "Creo que deberíamos cambiar la manera de tratar a nuestras mujeres en nuestra cultura. Es algo obligatorio, no una opción. Apoyo a las mujeres, más que antes, porque siento que merecen más de lo que les dan ahora", comentó en una entrevista para la revista Time.
Magi, quien según informaciones internacionales trabaja como biotecnóloga, apoya a Salah en su misión de ayudar siempre que ha podido a sus compatriotas.
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Una de las acciones que ambos han llevado a cabo, y que han preferido que no se hiciera público, pero ha sido un poco difícil, es el haber construido un hospital y una escuela en Nagrig, su ciudad natal, además aportaron para el desarrollo de un proyecto para que todos los residentes del lugar antes mencionado pudiesen disfrutar de agua limpia.
Según Middle East Eye, la familia Salah donó dinero para comprar terrenos y poder tratar las aguas residuales, de manera que el agua se purificase y fuera accesible para sus vecinos. Además, también hicieron lo propio para otro ejecutar proyecto que pretende desarrollar financieramente diversos aspectos del país. Eso sí, ellos no quiere agradecimientos: "A Mohamed no le gusta hablar sobre el trabajo de caridad que ha hecho o el dinero que dona. No le gusta ser el centro de atención y no hace un escándalo donde quiera que va", destaca Abu Habsah, un maestro de Nagrig.